Visión de Líder
Por Angel Pablo Reyes Santiago
Continúa la cadena de errores del Secretario del Ayuntamiento de Poza Rica, Eduardo Guirón González y no es solo por su falta de dicción y prosodia al llevar las sesiones de cabildo, o por su evidente deficiencia al contar una votación, ahora se equivocó de forma y fondo legal, pasando por alto una obligación importantísima.
En la sesión extraordinaria del 2 de junio, por primera vez en los primeros seis meses de este gobierno faltaron al mismo tiempo dos ediles a la convocatoria, a lo cual el Secretario del Ayuntamiento se limitó a informar al resto de los integrantes del cabildo, que ambos enviaron “justificante”.
El Guirón González dio por validado dichos “justificantes” y continuó con la sesión, ignorando totalmente la ley, toda vez que las faltas no las califica el secretario del ayuntamiento, sino el cabildo.
Así se desprende la interpretación del artículo 26 de la Ley Orgánica del Municipio Libre para Veracruz, que establece:
“Artículo 26. Cuando alguno de los Ediles, sin causa justificada calificada por el Cabildo, falte a sus sesiones por tres veces dentro del plazo de tres meses o deje de desempeñar las atribuciones propias de su cargo, se comunicará esta circunstancia al Congreso del Estado.
El Congreso, por acuerdo de las dos terceras partes de sus integrantes, una vez cumplidas las formalidades establecidas en el Título Sexto relativas a la suspensión y revocación del mandato a los miembros de los Ayuntamientos, podrá suspender al Edil de que se trate y llamar al suplente.”
El ejercicio de calificar la “justificación” presentada por un edil, la realiza el cabildo, es decir, los integrantes en dicha sesión deben valorar los argumentos presentados por el edil ausente, si son suficientes o insuficientes para justificar su inasistencia.
La presencia de un edil en una sesión es de suma importancia, porque es la representación de esa fracción de la población que votó por él o el partido.
La importancia es de tal magnitud, que la propia ley establece como límite “tres faltas en tres meses al cabildo” como inicio para suspender al edil y llamar al suplente.
El asistir a las sesiones de cabildo no es ni será una asistencia personal, es una obligación para el edil, por la cual se les paga y en Poza Rica, se les remunera muy bien (más de 140 mil pesos mensuales en bruto).
Es evidente que Eduardo Girón no quiere tener ni un conflicto con los regidores, debido a que su situación como servidor público pende de un hilo por los constantes errores que ha demostrado, por lo que prefiere ser un “lambistócrata” y tenderse como tapete ante los regidores que no cumplen con sus obligaciones, en lugar de erigir honorabilidad en el cargo público.
Con esta calidad de servidores, llega el gobierno municipal de Fernando Remes a su sexto mes y ojalá mejoren el desempeño de sus funciones con la finalidad de dignificar el servicio público, el cual ya de por sí está manchado historicamente de corrupción y en la actual administración empezó con el nepótismo de la Síndica Lizeth Amairani Guerra Méndez.***
Agradeciendo el favor de su atención, contactaremos próximamente.