Columna Visión De Líder
Por Angel Pablo Reyes S.
“Para tener la lengua larga, se debe tener la cola corta”, reza un viejo adagio que es muy utilizado en política y que bien aplicó a los Yunes, con su extensa y cuestionada carrera política de la cual derivó su inevitable rendición ante el poder de MORENA.
La expulsión del PAN es solo el inicio de la oportunidad que le espera al panismo veracruzano; un panismo que se consolidó en la década de los noventas gracias a negociaciones de César Leal Angulo (1992-1997) como dirigente estatal cuando Yunes Linares gobernaba Veracruz como Secretario General de Gobierno, de Patricio Chirinos.
Ahí fue precisamente cuando empezaron a entregarse espacios para la oposición panista, la única oposición existente del PRI en esos tiempos, donde Yunes Linares prepararía su aterrizaje bajo la dirigencia estatal de Víctor Alejandro Vázquez Cueva, mejor conocido como Pipo Vázquez.
Fue a finales del 2003, cuando siendo Diputado Federal plurinominal pretendió ser candidato a Gobernador del PRI, pero fue desplazado por Fidel Herrera Beltrán quien era Senador, renunciando al tricolor y se sumándose al PAN en la campaña a Gobernador de Gerardo Buganza (2004).
Por acuerdo, le otorgaron una candidatura a su hijo Miguel Angel, quien consiguió ser Diputado Local de Acción Nacional (2004-2007), y más tarde sumó a más familiares a las filas azules.
El movimiento de Yunes Linares coincidió con la renuncia Elba Esther Gordillo al PRI, luego de ser retirada de la coordinación de la bancada priista en la cámara de diputados por Roberto Madrazo, dirigente nacional; desde entonces se le ligó al grupo político de La Maestra quien formó el Partido Nueva Alianza (2005) y más tarde negoció con Felipe Calderón el apoyo a la candidatura del 2006.
Ya como panista, Yunes Linares solicitó licencia a su curul en enero de 2005 para ser nombrado por Vicente Fox, Subsecretario de Seguridad Pública y el 30 de enero de 2006 pasó a ocupar el cargo de Secretario Ejecutivo de la Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Así nacieron dos décadas de hegemonía Yunista dentro del panismo veracruzano, colocando de todo, incluso a un dirigente estatal que venía de ser Síndico de Tuxpan y logró posicionarse como Diputado Local plurinominal y compañero de bancada de su hijo: José de Jesús Mancha Alarcón. El mismo que también hizo jugosos negocios con las alcaldías panistas amasando una gran fortuna.
Sin embargo, con todo el dineral y poder alcanzado de los Yunistas, no lograron sumar más militancia y simpatizantes para el PAN; incluso a pesar de haber ganado en coalición la gubernatura de dos años, ¿no pudieron refrendar el triunfo en el 2018? o quizás desde el 2018 empezaron a negociar. Hay que recordar que en política “ni los pleitos ni los acuerdos son para siempre.”
El PAN nacional ya pagó la factura de aquellas negociaciones, el oprobió de haber sido utilizado por la habilidad de un político que no necesitaba en sus filas.
Ahora le corresponde a MORENA definir si le conviene darle espacios, no solo a Yunes Linares, sino a toda la familia. Creo que con la impunidad y bajo la amenaza del “encierro”, es suficiente para alejarse de la vida pública.
Aunque, Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado de la República, le ha dejado las puertas abiertas al externar “hay que darle cobijo”, sobre todo por las reformas que se vienen.
Respecto al PAN en Veracruz, tendrán la oportunidad de regresar a sus inicios como una verdadera oposición, con nuevos o viejos liderazgos, pero sin los Yunes, ponderando que perdieron un Senador, regresarlos sería perder el partido.