Darle más oposición al poder y más poder a la oposición

Columna Visión de Líder

Por Angel Pablo Reyes S.

De los hechos actuales donde el Partido en el Poder generó un etapa electoral ilegal y la oposición legitimó el mismo imitándolo, bueno es reflexionar sobre aquella expresión de “darle más oposición al poder y más poder a la oposición”, la cual lleva consigo la búsqueda del equilibrio del poder en regímenes democráticos.

En nuestro estado mexicano, hemos visto que la división de poderes entre un ejecutivo, legislativo y judicial no basta!. No es suficiente y de ahí surge la importancia de la creación de “órganos autónomos” e independientes de estos tres poderes, como el INE o la urgente y verdadera autonomía e independencia en la Procuración de Justicia.

Continua vigente el pensamiento filosófico del Barón de Montesquieu quien exponía que “todo hombre que tiene poder se inclina por abusar del mismo y va hasta que encuentra límites”, por lo que “Para que no se pueda abusar de poder, hace falta disponer las cosas de tal forma QUE EL PODER DETENGA EL PODER”.

Si en México no “disponemos las cosas de tal forma” que una cuarta, quinta o sexta “transformación” no encuentre límites, estamos condenados al fracaso democrático, donde la demagogia, simulación y la incongruencia reinarán.

En ese sentido, habíamos visto que el partido en el poder pretendía generar un proceso electoral ilegal (porque carecía de marco normativo y de sanciones por adelantarse, incluso a la etapa de precampaña), con todo el apoyo del poder público y sin nadie que lo pudiera evitar. Su intención era que todo girará en torno al partido MORENA y meterse en el inconsciente colectivo, como una sola verdad.

No obstante, en el mismo escenario y bajo los mismos términos los partidos de oposición lograron unirse -independiente de sus propósitos particulares-, y ha estas alturas de la vida política en el país han equiparado la efervescencia política que traía MORENA, con la sorpresa de sacar antes a su candidata a la Presidencia de la República: Xóchilt Gálvez.

Ambos procesos aunque ilegales, han sido legitimados por recibir respaldo ciudadano, tanto en el Frente Amplio del PAN, PRD y PRI, como en MORENA, por lo cual surge la necesidad de regular jurídicamente esta parte del proceso electoral.

¿Qué fue lo que vivimos? No tiene nombre, pero estamos ante una especie de “elección primaria”, que no solo resta poder al poder público que intenta aplicar el “dedazo”, sino también al resto de la partidocracia mexicana que solo planea mantener un status quo de su cúpula. Darle un marco jurídico abre una posibilidad de empoderar al ciudadano, de participar activamente, incluso, más de un año antes del día de la elección.

Por tal motivo, en lo venidero una reforma política-electoral se debe desprender de lo vivido y aprendido. No basta que el poder político participe con sus “chorcholtas” y que los partidos de oposición se sumen con el unico propósito de derrocarlo para ponerse ellos, sino que es necesario fortalecer las candidaturas ciudadanas e independientes, con lo cual se generará una democracia más participativa.

No debemos olvidar que el poder radica en los ciudadanos y son ellos los que hacen una verdadera oposición, darle más poder a los ciudadanos es una urgencia, así como empoderarlos como una real oposición.