La partidocracia, una minoría rapaz a quien le favorece el abstencionismo

Por Angel Pablo Reyes

Los partidos políticos han fracasado en promover la participación de los ciudadanos en la vida democrática; integrados por grupos reducidos que pretende servirse del dinero y poder público, la principal herramienta para mantener su status es generar “abstencionismo”.

Es un círculo vicioso al cual ya se le integró MORENA, de ahí el desencanto generalizado en la población quien ya no creen en ninguna “esperanza” que sea partido político.

Y es que resultan insultantes para el pueblo su “ingenio electoral”: confían que con los antecedentes de la votación anterior inmediata alcanzarán posiciones en los próximos Gobiernos municipales, congresos locales y federal.

PAN, PRI, PRD, PVEM, Movimiento Ciudadano y los nuevos partidos políticos que lograron el registro -los cuales desaparecerán antes que la gente aprenda sus nombres-, están centrados en la vieja  fórmula: Alcanzar el 3 por ciento para conservar el registro y así conseguir posiciones en los ayuntamientos y por la vía plurinominal, escaños en los congresos.

Para generar este escenario es necesario tener números de participación ciudadana reducidos, confiables y controlables, por eso los partidos políticos requieren que la gente no salga a votar. Con un gran abstencionismo, la compra y coacción de votos es mucho más fácil.

Sin embargo, esta variable no funciona si la gente decide salir a votar y elegir,  al menos malo o a la mejor opción, pero elegir por mayoría y participación de todos.

El problema es que no hay candidatos confiables en los partidos porque todos son integrados por una minoría rapaz que nada han realizado por mejorar las condiciones de vida de la población.

Cito el ejemplo de Poza Rica donde se escuchan nombres de políticos como Alfredo Gándara Andrade, Leonardo Amador Rodríguez, Raquel Bonilla Herrera, Félix Iván García Bustos, Javier Velázquez, Sergio Lorenzo Quiroz Cruz, personajes que ya fueron favorecidos por el voto ciudadano pero solo han utilizado la representación como un catalizador económico.

Y lo mismo pasa en Papantla, Alamo, Tuxpan, Coatzintla, en todos los municipios es la misma “partidocracia” quien se está peleando las candidaturas, sin importarles el ciudadano y la ciudad.

Pero ¿Qué pasaría sí los ciudadanos votaran por una opción que verdaderamente quiera trabajar por ellos y la ciudad, una opción que no tenga compromiso con nadie de la “partidocracia”?

Hay quien pueden pensar que todavía no estamos preparados para eso, pero no coincido con ellos y en Poza Rica hay el antecedente de una candidatura ciudadana que participó en el 2016 y obtuvo más de 5 mil votos, sufrsgios que ni siquiera el PES y PRD, que tienen regidores en el ayuntamiento, ganando más de 115 mil pesos mensuales cada uno (Más 5.9 millones de pesos en 4 años), los recibieron en las urnas.

Al mes de noviembre y con un andamiaje de “partidocracia” desgastado, sin vinculación ciudadana, con los mismos actores políticos y ante un electorado reflexivo, un candidato ciudadano, sin compromisos de partido y con un proyecto por ayudar a sus municipios, sería la mejor opción.

Las circunstancias y los tiempos son ideales, la gente ya conoce a los partidos, sus deficiencias y engaños, por lo que ante una opción alejada de ellos es atractiva para los ciudadanos.***

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