La distracción de faldas en la UV

Columna Visión de Líder 

Por Angel Pablo Reyes S.

Mientras el sistema acusatorio-adversarial (juicios orales) está en formación en nuestro país y adolece de muchas deficiencias, imprecisiones y errores – como los abusos con la prisión preventiva-, algunos catedráticos y alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana, prefieren enfocarse en convocar al uso de faldas a los compañeros masculinos bajo el argumento de que la ropa no tiene género.

No se trata de coartar la libertad de expresión, ni de abrir debate, pero está acción refleja la deficiencia y decadencia de la máxima casa de estudios de nuestro estado, mi alma mater que me abrió las puertas e instruyó en la inmensa catedral jurídica.

Es necesario precisar que las universidades son formadoras de profesionistas de utilidad para la humanidad, los cuales son instruidos y equipados cognoscitivamente para esa finalidad, en el ramo en que cada universitario ha decidido estudiar (medicina, derecho, arquitectura, etc.).

Por lo tanto, toda actividad académica tiene la finalidad de formar al individuo, sentar los conocimientos necesarios y las bases éticas para el ejercicio profesional para servir a la sociedad; recuerdo aquellos debates sobre la defensa de un asesino o violador, donde concluimos que por encima de nuestra moral, como abogados debemos ofrecer el servicio de una defensa justas, era una plétora creadora de utilizar la ley como un instrumento para alcanzar la constante y perpetua voluntad de dar a cada quien lo que le corresponde.

Pero estos mismos dilemas los tienen todos los profesionistas y cito a los médicos con el tema del aborto o salvar la vida a un delincuente, donde por el código de ética profesional se deben brindar los conocimientos como un servicio de utilidad.

¿En qué punto mejorar a la sociedad que los varones usen falda? No es una defensa de libertades, toda vez que nuestra constitución y como estudiantes del derecho deben saber que está garantizado el derecho de vestirse como uno quiera.

Lamentable esta exhibición, que refleja lo precario de la actual generación de académicos y estudiantes, que están perdidos en un “pensamiento progresista”, enarbolando lo que ya está plasmado en nuestra Carta Magna, es como si se pronunciaron por el derecho al libre tránsito y decidieran caminar ahora de manos, una acción totalmente absurda que los distrae de la verdadera finalidad de ser profesionista: servir a la humanidad.

Insisto, todo trabajo universitario, desde las monografia, tesina, tesis e incluso el servicio social o las prácticas profesionales llevan el objetivo de mejorar a la sociedad; ponerse falda un hombre no veo en qué mejore la vida de las personas.

Ahora bien, los estudiantes y futuros profesionistas del derecho deben estar enfocados en mejorar el andamiaje jurídico del país, pero no lo están haciendo, divagan entre sofismas buscándole una razón a la vida y distrayendose al usar falda.

Pensé que la llegada del MEIF, el modelo flexible que incluso permite tomar materias “del tronco común” de otras carreras para llenar puntajes (se de arquitectos que tomaron anatomía para cubrir créditos), generaría profesionistas deficientes, pero ahora veo que el supuesto “pensamiento progresista” está empobreciendo a las futuras generaciones de profesionistas.***

Por cierto que este 14 de octubre cumple un año de que de que los plenos de la Suprema Corte de Justicia De La Nación y del Consejo de la Judicatura Federal, tomaran protesta como Juez de Distrito Especializado en Materia de Trabajo, al Lic. Marco Antonio Pelayo Juárez, compañero orgullosamente egresado de la Facultad Derecho de la Universidad Veracruzana del SEA, campus Poza Rica-Tuxpan, pozarricense de nacimiento, con quien coincidí en mi Alma Mater, conviví y debatimos muchos temas de la inmesa catedral jurídica. ¡Muchas Felicidades! *** Agradeciendo el favor de su atención, contactaremos próximamente.